Ya hemos mencionado varios de los escenarios en los que un intérprete o un traductor simultáneo se pueden desarrollar en distintos ambientes de trabajo, desde contextos comerciales, educativos culturales o espectáculos masivos. Sin embargo también en varias cuestiones legales son necesarios los intérpretes, sobre todo cuando se trata de acusados o personas que atraviesan por un trámite legal en una localidad o con un tribunal que no usa el idioma del involucrado principal.
Es probable que por más encomiable que es el trabajo de los intérpretes traductores no suene como una profesión muy llamativa. Generalmente este tipo de trabajos pasan desapercibidos, pues aunque se necesite del traductor para poder entender el evento en el que se esté asistiendo, quien es la figura central del discurso es quien continúa siendo el protagonista de la conferencia o cualquier que sea la situación en la que se esté desarrollando esta actividad. Sin embargo, en 2008 se lanzó una película en la que la figura principal es un traductor simultáneo. La película recibe el nombre de La intérprete y fue producida por Universal Pictures, contando con un presupuesto de ochenta millones de dólares. La película entra en el género del thriller en el que la trama de la historia siempre se encuentra en tensión. La historia casi siempre involucra un misterio criminal o judicial, la necesidad de mantener la tensión, surge del interés de causar una sensación de expectativa en el público y mantenerlo interesado durante todo el tiempo que dure la película. En este caso, el filme tiene una duración de 128 minutos.
La trama girar alrededor de Silvia Broone —interpretada por la actriz australiana Nicole Kidman—, una traductora nacida en África que trabaja en las Naciones Unidas. Recordemos se llevan a cabo una serie de conferencias o sesiones en donde participan representantes de un gran número de naciones que no necesariamente comparten el mismo idioma o que conocen el inglés. Es por eso que se necesitan de traductores simultáneos que trabajan desde una cabina oculta en donde escuchan al orador y lo traducen para los otros asistentes, la transmisión se hace a través de unos auriculares que son usados por los representantes de las naciones extranjeras. Durante una de estas transmisiones, Silvia Broone escucha por accidente una conversación en la que se planea asesinar a un jefe de Estado originario del continente africano. Al volverse clave de una investigación de un intento de homicidio, se vuelve en el blanco más buscado por los criminales, por lo que se le asigna un agente para su protección, llamado Tobin Keller e interpretado por Sean Penn. Sin embargo, este agente no sólo está para cuidar de la seguridad de la traductora sino para investigar quién esta tal intento de asesinato del presidente de Matobo, Edmond Zuwanie. La historia se va enredando más, pues conforme avanza la investigación Keller va descubriendo una serie de indicios que parecen señalar a la misma Broone como parte de la conspiración. Así, el misterio que Keller le toca resolver es que tanto tiene de víctima tiene Silvia Broone o sí es realmente una sospechosa. De pronto, tanto Keller como Broone tendrán que trabajar juntos para salir vivos de esta confusa conspiración, aún cuando sus personalidades y capacidades sean diametralmente opuestas.
Aunque rápidamente el foco de interés gira de la labor de los intérpretes traductores a la resolución de una conspiración, ciertamente, la película ofrece un breve panorama de las funciones que estos especialistas realizan, sobre todo a niveles tan grandes, cuando se trata de trabajar en organizaciones transnacionales. En esta película también se resaltan alguna de los valores con los que todo traductor tienen que contra, sobre todo cuando se desarrollan en ambientes diplomáticos. Las facultades por las que Silvia Broone destaca son: el manejo que tiene del lenguaje, sobre todo, refiriéndose a cuestiones orales. La sutileza con la que tiene que moverse y exponerse, así como la diplomacia con la que tiene que plantear sus elementos discursivos. Es posible que la película no sea un fiel ejemplo de cómo se tiene que realizar el trabado de un traductor o de un intérprete, pero en definitiva si da una pequeña muestra de algunas de las acciones realizadas por estos profesionales.
La película gozó de aceptación en el publico, logrando una recaudación en las salas de 162, 944, 923 millones de dólares, que es el doble del presupuesto utilizado para la producción de la película. Es probable que una de las razones sea la magnitud de los actores que la protagonizaron. En ese año, tanto Sean Penn como Nicole Kidman gozaban de gran popularidad entre los espectadores. También fue merecedora de tres premios: el Premio LAFCA 2005, a la mejor actriz secundaria, interpretada por Catherine Keener; el segundo es el Premio ASCAP, a la mejor taquilla, este premio fue entregado al director de la película; y finalmente el Premio Huaubiao Film Award 2005 por los méritos alcanzados por la calidad de la traducción en otros idiomas.
La producción tuvo acceso a las instalaciones de la ONU en las que pudieron realizar algunas de las tomas, e incluso conocer de primera mano las cabinas insonorizadas desde donde los traductores trabajan para cuidar la integridad de los discursos de los líderes mundiales. Incluso, es probable que tanto los miembros del staff, el director, el guionista e incluso los autores involucrados en la cinta hayan tenido el asesoramiento de profesionales de la ONU respecto a cómo trabaja y actúa un intérprete de este nivel.